Este miércoles 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, en el marco de la ordenanza N° 454/22, el Concejo Deliberante reconoció a 6 mujeres, que por su recorrido y acciones cotidianas que aportan a la comunidad, resultan indispensables para cipoleños y cipoleñas.
Los nombres de las mujeres reconocidas por sus distintos aportes a la comunidad son: Gladys Sandoval, Marcela Menéndez, Gabriela Fleitas, Susana Muñoz, María Cóceres y Lucía Sícolo; más abajo podrán leer la reseña de cada una de ellas.
Participaron del acto de entrega la Presidenta del Concejo Deliberante, Silvana Larralde, el Intendente Claudio Di Tella, Silvia Seisdedos (Sec. Cultura), Viviana Pereira (Sec. Desarrollo Humano y Promoción Comunitaria) y los Concejales Lorena Yensen, Inés Parra Martínez, Horacio Pierucci, Flavia Boschi y Carlos Martínez Larrea.
Reseñas de las “Mujeres que Inspiran”:
Gladys Sandoval
Gladys Sandoval es escritora, comunicadora y referente del Centro de Docentes Jubilados y Pensionados “María Luisa Brizuela”. Nació en la localidad chilena de Valdivia y desde niña reside en Cipolletti, ciudad a la que tomó como propia y hoy es parte de su identidad.
Tiene 6 libros de poemas propios publicados, participó en más de 40 antologías, participa recurrentemente en concursos literarios y tiene incontables reconocimientos a nivel local, provincial, nacional e internacional.
Trabajó durante 22 años en la radio LU19 “La Voz del Comahue”, accedió al título de locutora provincial y nacional, estudió docencia en Ciencias de la Educación y ejerció en los niveles primario, secundario y terciario, conformó una familia, se abocó a su pasión literaria y constantemente enfrenta nuevos desafíos, con la voluntad y la creatividad de siempre.
“Todos podemos ejercer el rol docente compartiendo nuestros saberes: saberes específicos y de la vida, para así todos trabajar por una auténtica comunicación…” – Gladys Sandoval.
Gabriela Fleitas
Gabriela Fleitas fue la única bombero voluntaria de Cipolletti por muchos años y hoy, desde una función de transmisora de sus aprendizajes, abre las puertas del Cuartel de Bomberos a todas las mujeres que deseen romper con el estereotipo de profesiones masculinas, participando de la formación de nuevas y nuevos bomberos voluntarios.
Gabriela superó los 25 años de servicio y obtuvo el máximo rango al que se puede aspirar en la cuadrilla (Suboficial mayor), decidió retirarse de la función bomberil pero continúa aportando desde otro lado a la institución. Tiene 49 años y toda una vida dedicada al servicio a la comunidad, trabaja de enfermera y en sus descansos solía hacer sus guardias en la Central de Bomberos del Barrio San Pablo.
Gabriela Fleitas conoció el amor dentro del cuartel y tuvo dos hijos: Lourdes, de 25 años, que se dedica a la salud, y Enzo de 23, quien siguió los pasos de su madre y su abuelo, Roberto Fleitas, reconocido bombero cipoleño.
“Los bomberos convivimos con el peligro y la muerte es parte de la vida, esto me gusta y me apasiona. La sirena me acelera el corazón. Saber que vas a salir corriendo a salvar a alguien es emocionante”, palabras de Gabriela Fleitas en entrevista con un diario de la región.
Lucía Sícolo
Por su trayectoria de esfuerzo y trabajo en la institución que recibe el nombre de “Centro de jubilados y pensionados Nuin”, ubicada en la ciudad de Cipolletti.
Lucia Sicolo, nació el día 25 de abril del 1934. La apodan como “Chola”.
Una vez llegada su jubilación, hace aproximadamente 30 años, se hizo socia del centro, y allí comenzó su historia.
Al formar parte, se unió a la comisión de damas, las mujeres que formaban parte de ella, se comprometían, participaban, en la ayuda constante a geriátricos, realizaban eventos, colectas solidarias y juntaban ropa, comida y todo aquello que necesiten las personas de bajo recursos, incluso Impulsaban la campaña de vacunación . Recaudaron fondos para realizar la construcción del edificio propio..
Durante sus mandatos como presidente del centro, con su gran predisposición, gestiono toda la infraestructura y construcción del mismo, junto a su esposo. Así, es como esto se convirtió en un gran proyecto a futuro que lograron juntos.
Es que su amor por el lugar era tan fuerte, que pasaba horas enteras allí dentro, esforzándose y encontrando solución a cada situación dada. Y aun que los años pasen, ella sigue firme, organizando todo como el primer día, siendo la gran referente.
Reconocida socialmente, debido a su solidaridad y servicialidad con el otro, y a su gran compromiso constante.
Se encarga de turnos para el psicólogo y psiquiatra,
organiza citas con los médicos, asesora respecto a el PAMI, soluciona urgencias, forma parte de cada actividad que se realiza allí, mantiene ordenada todas las instalaciones, se involucra a todo lo planificado.
Sin dudas, los valores de sus padres y el aprecio que le tienen al centro, se transmitió a la siguiente generación,hoy su hijo la acompaña y ayuda en cada UNproyecto.
Una gran mujer, que lucha incansablemente por los derechos de los adultos mayores, defendiendo y valorando el papel que ocupan cada uno en la sociedad, encargándose del buen trato y la atención profesional, accionando para brindar servicios y actividades a la población.
Es que evidentemente es “su segundo hogar” y gran motivo de vida, porque la mayoría de las veces se encarga de ser la ultima en irse y apagar las luces.
Susana Muñoz
Nació en Cipolletti el 18-02-1952, vivió siempre en el Barrio Don Bosco de nuestra ciudad. Madre de 05 hijos.
En 1980 inició su viaje de emprendedora con unos alfajorcitos, debido a que sus hijos estaban terminando el secundario y sin perspectiva de empleo, pensaron hacer alfajores y salir a venderlos en una bicicleta. No solo ella es la emprendedora, son una Familia de Emprendedores.
Por el 2.005 logró tener su espacio fábrica habilitado para la elaboración de alimentos, es una promotora del perfeccionamiento y las capacitaciones a los emprendedores para poder aprender, desarrollar y mejorar los emprendimientos.
Se la conoce como MELOZA, por sus bocaditos de manzana, los bombones de nuez con dulce de leche, sus chocolates, las roscas de pascuas, la caja con sabores navideños, entre otros. También elabora salado, con sándwich de pernil y sándwich vegetariano con pan integral, sus servicios de catering, entre otros.
Participa históricamente en las distintas Ferias locales, y ha representado a la ciudad en La Rural, la Feria Caminos y Sabores, y a través de la ex Unidad de Desarrollo Económico, pudo estar en Tecnópolis por ser un emprendimiento formalizado con el monotributo social. Ha tenido asistencia y capacitación por parte de la Dirección de Economía Social y avanzado en su proyecto, con la intervención de diferentes áreas de nuestro municipio.
Hoy a sus 71 años, con su tiempo y posibilidades mantiene la calidad y estilo de sus productos.
No fue nada fácil, como emprendedora es soñadora, encara y va para adelante, sufriendo los avatares del factor climático , perdió 15 gazebos a lo largo de su trayectoria, lo que la condujo al sueño de tener un Food Truck, que, con ahorros, más lo recaudado en la fiesta de la actividad física del 2.020, y una ayuda familiar, logró comprar.
El carro gastronómico llegó en el 2.022, sueño cumplido para Susana!!!
Fiel a su esencia emprendedora y con la esperanza de los que hacen, dice: “Hoy en día cuesta y sigue costando, pero de a poquito el Cipoleño busca el Food Truck de Meloza”, y ella ahí para regalarles una sonrisa y los mejores sabores, los del trabajo y el amor.
María Cóceres
Cuando pensamos en un merendero, pensamos en mujeres que revuelven las ollas, que cortan las verduras, que prenden el fuego con leña todas las mañanas temprano, y que organizan el almuerzo al igual que la merienda.
La división de las tareas domésticas que se da al interior de los hogares se repite también en los centros comunitarios, pero con un detalle interesante. Esas ollas las revuelven con la misma firmeza con la que dirigen grupos de trabajo para mejorar la calidad de vida de los vecinos y vecinas del barrio.
También hay tenacidad en resolver las tareas de cuidado. Esas actividades que son indispensables para que las personas puedan alimentarse, educarse, estar sanas y vivir en un ambiente digno aunque el Estado no lo garantice y ellas lo reclamen.
Estas tareas de cuidados fueron esenciales para enfrentar la pandemia que se desató con la aparición del Covid-19, sobre todo, en los barrios populares, donde las necesidades suelen resolverse de forma colectiva ante las dificultades para acceder al agua potable, la electricidad, el gas y, en muchos casos, servicios básicos como salud y educación.
María Isabel Cóceres, de 52 años, vecina del barrio 2 de agosto, es una de esas mujeres que todos los días paran la olla y que organizan el trabajo en el Merendero “Montaña de Ilusiones”.
Nació en Resistencia – Chaco, tiene cinco hermanos y vive con su marido y sus cinco hijos. Llegó a Cipolletti en 2010, por un traslado en el trabajo de su marido, y desde hace 11 años integra allí la mesa de trabajo.
El merendero surgió de una charla de un grupo de vecinas preocupadas por la mala alimentación de los niños y niñas del barrio. Primero ofrecieron la copa de leche y hace 5 años comenzaron con el comedor.
Actualmente preparan comida para más de cuarenta familias de escasos recursos que buscan su almuerzo y su merienda. En una casilla de madera, con frío o con calor, con lluvia e inundaciones, ellas siempre cocinan y organizan actividades para el barrio. Entran la leña tempranito, con la ayuda de algún vecino que se ofrece a cortarla, buscan la comida de la semana en desarrollo social, alguna garrafa, y administran los insumos que reciben por parte del municipio y de donaciones que gestionan todo el tiempo.
María recuerda momentos difíciles en los que se encontró trabajando sola con su hija Daiana, que estaba embarazada, por divisiones entre vecinos en momentos electorales. Luego fueron consolidando un grupo de mujeres con las que sostienen la tarea y amplían actividades en beneficio del barrio y, fundamentalmente, de los pibes y pibas.
Tienen un taller de costura, realizan los festejos del día de las infancias, clases de apoyo, entrega de útiles, la canasta navideña, el día de la madre y, en algún momento tuvieron una juegoteca y una escuelita de futbol que hoy quieren volver a tener.
Para María, lo más lindo es cuando desde el espacio pueden ayudar y solucionar los problemas de las vecinas y ser intermediaria para reealizar tramites, conseguirles algún elemento que necesiten o ayudarlas con algún alimento. “Eso me hace sentir muy bien”, expresa con humildad.
María piensa que el barrio debería tener un sistema de cuidados que permita que las mujeres puedan salir a trabajar o recibir capacitación, y donde los niños y niñas puedan crecer con oportunidades de educación, salud, buena alimentación y con actividades culturales y deportivas para su bienestar. Ese es su sueño y para ello trabaja y construye lazos y organización comunitaria.
Marcela Menéndez
Nació el 13/07/1965 en Buenos Aires Capital.
Se formó académicamente en la Universidad Nacional de San Luis y se recibió de
fonoaudióloga, carrera que eligió siendo adolescente por su afinidad con la música, la
foniatría y el canto. Paralelamente al cursado universitario, trabajó en APADIS, un centro
terapéutico para personas con discapacidad, lugar que la hizo entrar en un mundo que la
sensibilizó y le abrió una puerta que jamás se cerró.
Vive en Cipolletti desde el año 1987, tiene una familia numerosa de cuatro hijos varones,
Diego, Agustín, Maximiliano y Federico, (Martínez brothers) a los que se sumaron desde
hace 11 años, sus nietos gemelos, Santino y Valentino. Todos y cada uno, son el motor de
su vida.
Es directora del Instituto Ruca Suyai, lugar en el que trabaja apasionadamente desde
1994. La misión institucional, integrar a niños, jóvenes y adultos con discapacidad
severa. El trabajo que realiza junto al equipo, permite armar una
trama interdisciplinaria dentro de la dinámica cotidiana de actividades, en ambos
servicios de atención, Centro Educativo Terapéutico en la mañana y Centro
Ocupacional, en la tarde. Esta tarea ocupa gran parte de su tiempo y su inquietud
siempre radica en poder encontrar el diseño adecuado para cada situación particular
que se presenta y allanar el camino de las familias que a menudo atraviesan
condiciones difíciles.
Ama el arte en todas sus dimensiones, y cree fervientemente que todas sus variantes
transforman y enriquecen.
Defensora de los derechos de las mujeres, desde el compromiso, el respeto, la
responsabilidad y la acción.
Por el amor y la entrega en el acompañamiento a familias atravesadas por situaciones
complejas y su empeño en mejorar el servicio junto al equipo del Instituto Ruca Suyai,
consideramos a la Sra. Marcela Menéndez una mujer que inspira y que merece el
reconocimiento de la comunidad cipoleña.
Algunas fotos del acto: